martes, 30 de junio de 2020

Music Corner nº 185 - Queen

40 AÑOS DE “THE GAME"
CAMBIO DE DÉCADA, CAMBIO DE JUEGO

Hace 40 años, Queen ya era una banda consagrada. Por lo que jugarse a hacer algunos cambios no parecía una mala idea, empezando por un cambio de locación para dar forma al siguiente proyecto. Munich sería el lugar elegido para trabajar en el 8º disco de estudio, para lo que reclutaron al productor Reinhold Mack que venía de obtener excelentes resultados con la Electric Light Orchestra. Juntos obtendrían el álbum más pop de Queen hasta ese momento, además de su primer y único LP #1 en los Estados Unidos.

La banda venia de un gran logro con su disco “Jazz” (1978) y una exitosa gira que quedaría plasmada en el “Live Killers” de 1979. En junio de 1979 comenzó un relajado trabajo en lo que sería el nuevo material, y en un mes ya había cuatro pistas sacadas del horno. Como la gira continuaba, aprovecharon para hacer un testeo de la respuesta del público a las nuevas canciones, y saltó a la vista que habían nacido dos futuros clásicos: “Crazy Little Thing Called Love” y “Save Me”. Ni lerdos ni perezosos, aprovecharon el envión y cortaron el primero como single en octubre de 1979. El amor se vio reflejado en los charts: segunda posición en Inglaterra, y primer sencillo número 1 para Queen en USA (estuvo en la cima 4 semanas). El rockabilly estaba teniendo un revival, en parte como consecuencia de la relativamente reciente muerte de Elvis Presley. Según Freddie Mercury, componer este hit solo le llevó entre 5 y 10 minutos (dicen que mientras cantaba en la ducha), pero su vigencia sería eterna, y era efectivamente un tributo a Elvis. Y fue un instant classic en todo sentido: así de rápido como Freddie la compuso, el tema le llevó a la banda solo media hora de grabación. El siguiente adelanto sería “Save Me” en enero de 1980, una canción escrita por Brian May acerca de un matrimonio que se termina, y que alcanzaría el puesto número 11 en UK. Intensa y trascendental, el relativo éxito comercial de su época no se condice con el nivel de reconocimiento que tiene esta obra maestra en la historia de Queen. Era la primera vez que Queen usaba un sintetizador en la grabación de un single. Nueva década, tiempo de renovación musical y también de imagen: Freddie estrena bigote, dato no menor!

En febrero de 1980 la banda vuelve al estudio con muchísimo material bajo el brazo, pero el proceso de limpieza hizo que de las aproximadamente 40 canciones que se encontraban en carpeta, solo quedaran 8 (considerando que “Crazy Little Thing Called Love” y “Save Me” ya eran conocidas). Un álbum que iba a ser corto: finalmente duraría solo 35 minutos. Y tendría una característica que lo distinguiría de otras producciones: aquí no había himnos sino canciones. No había obras complejas de rock sinfónico/progresivo ni abultadas orquestaciones del estilo “Bohemian Rhapsody”, sino rolas muy rítmicas donde resaltaban el bajo y la batería. Y más sintetizadores, no solo en “Save Me”, sino en otros tracks como “Play The Game” o “Sail Away Sweet Sister”. Brian May y su guitarra pasaban a un plano más rítmico, en comparación con producciones anteriores donde hacía alarde de su virtuosidad. Pero a no extrañarlo, que su guitarra ahí estaba.

Antes de que saliera el long play, se editó como single el 30 de mayo el tercer adelanto y que también sería la apertura del inminente álbum, el tema “Play The Game”. Canción compuesta por Freddie, no tuvo gran repercusión en los charts, pero es un buen tema que daba más de espacio a la desgarradora guitarra de May que lo que tal vez el resto del futuro álbum le daría, y mostraba en el video el flamante y por muchos criticado look de Freddie. De todos modos Queen estaba en la cresta de la ola y había gran expectativa cuando “The Game” vió finalmente la luz el 30 de junio de 1980. Llegaría a la cima en Canadá, Alemania, United Kingdom y USA entre otros países. Era una placa con varios momentos descollantes, pero sobre todo el lado A del álbum era demoledor, una verdadera muestra de lo que hacer disco rock de calidad significaba. El segundo track luego de “Play The Game” era la hipnótica “Dragon Attack”, potente composición de Brian May que supo ser una de las favoritas de la banda en vivo, cuya línea de bajo dibuja un loop junto a la batería que hace inevitable mover los hombros o los pies. Digna representante del estilo de rock más pesado que supo hacer Queen en el primer lustro de los años 70’s, surgió aparentemente como una zapada de estudio a la que luego May le adicionó letra y melodía. Y constituía un excelente puente para enganchar con la tercera pista del disco.

John Deacon se lució en “The Game” no solo por la relevancia del bajo en toda la producción, sino especialmente por ser el compositor de un hito en la carrera de su banda. Deacon se influenció en “Good Times” de Chic para dar vida a lo que sería el tercer corte del álbum. Bernard Edwards, por ese entonces bajista de Chic, comentó al respecto que Deacon solía pasarse por el estudio y compartía momentos con su banda, de ahí la inspiración. Donde más se nota está marcada influencia es hacia el minuto 3:12 del tema, donde el punteo de guitarra es el característico del funk rock que hacía bailar al mundo de entonces. Esa sería la génesis de “Another One Bites The Dust”, canción para la que Deacon tocaría prácticamente todos los instrumentos: guitarra principal y rítmica, bajo, y hasta percusión adicional. Hay varias anécdotas interesantes sobre “Another One Bites The Dust”. La primera que podríamos mencionar es que era una canción que Freddie amaba. La segunda es que, curiosamente, la banda era reticente a cortar el tema como single. Pero se dice que por aquellos años, un joven Michael Jackson era admirador de Queen y solía verlos en vivo de tanto en tanto. Tras uno de los shows en Los Angeles, Michael visitó a los músicos y los convenció de que este tema sería un gran hit. Una tercera anécdota graciosa es que el cantante especialista en parodias Weird Al Yankovic hizo una versión del tema a la que tituló “Another One Rides The Bus”, y que fue su primer canción en rankear (muy bajo por cierto, pero rankear al fin). Una cuarta historia: algunos cristianos evangélicos ardieron horrorizados y se persignaron tras afirmar que si el disco era pasado al revés, se podía escuchar un mensaje subliminal que decía “It’s fun to smoke marihuana”. Y una quinta anécdota: pudo haber sido el tema principal de la película “Rocky III”, pero por una cuestión de derechos, fue finalmente reemplazado por “Eye Of The Tiger” de Survivor… al que no le fue nada mal! “Another One Bites The Dust” fue tremendo hit, especialmente en Estados Unidos donde estuvo 3 semanas en la cima. La canción se apoderó de las radios y de las pistas de baile, en los años posteriores a la fiebre disco.

“Need Your Loving Tonight” es otra composición power pop de Deacon, que sería el último corte del álbum y que está muy bien, especialmente como puente para acceder al cierre del lado A que es “Crazy Little Thing Called Love”, de la que ya hablamos. El lado B de “The Game” arrancaba con un tema de Roger Taylor llamado “Rock It (Prime Jive)”, y donde salvo el inicio en manos de Freddie, también es cantada por el baterista en su casi totalidad. Aunque en vivo sería Freddie quién la cantaría completa. Otra gran rola rockera donde el sintetizador quedaría en manos del productor Reinhold Mack. “Don’t Try Suicide” es el segundo tema, una composición de Freddie que en sus partes iniciales (donde resalta el bajo) me hace acordar demasiado a “Walking On The Moon” de The Police, que había salido un año antes. Es como una canción que se mofa del suicidio desde una lírica tan jocosa como “Don’t try suicide, nobody cares / Don’t try suicide, you’re just gonna hate it / Don’t try suicide, nobody gives a damn”. “Sail Away Sweet Sister” es compuesta y cantada por Brian May, acerca de la conversión de niña a mujer (tal vez lo mas flojo del álbum), y da paso a “Coming Soon”, otra rola rockanrolera de Roger Taylor donde comparten voces Freddie y Brian. Y el cierre, como ya sabemos, era la gloriosa balada épica “Save Me”.

Fue una época de cambios para Queen, que coincidió con el cambio de década. La variedad abarcó diversas cuestiones y no solo de imagen y sonido (particularmente por la aparición de los sintetizadores), sino también en la repartija de autorías de temas en similares proporciones, ganando Brian May por un pelito. Evidenció que se trataba de un gran momento para los cuatro amigos y compañeros, de fino entendimiento y sintonía. Aunque quedó a la sombra de grandes obras como “A Night At The Opera” o “News Of The World”, fue uno de los discos mejor vendidos de la banda, llegando a ser platino en varios países, y dando lugar a una gira mundial que los llevó por primera vez a tierras que nunca antes habían visitado, como Sudamérica. A 40 años de su edición, “The Game” es un disco que nunca es tarde para volver a escuchar o descubrir y que, lejos de perder vigencia, continúa adicionando seguidores a la larga hilera de fans de Queen.