viernes, 21 de abril de 2017

Music Corner n° 146 - Prince

Minimalismo Púrpura: 30 años de "Sign O The Times"

“In France, a skinny man died of a big disease with a little name. By chance his girlfriend came across a needle and soon she did the same…” son las líneas que dan apertura a un disco tan ecléctico e impredecible como la letra de esta canción anticipa. Y al mismo tiempo, tan rico y sorprendente que para algunos medios especializados fue el mejor álbum de los 80’s. Y si no al menos, el mejor álbum doble de esa década.

Y es que Prince Rogers Nelson estaba brillando como pocas veces, y ese brillo era por momentos asfixiado por su propia discográfica y limitado por el formato tradicional de las producciones de aquellos años. Mucho material, muchas ideas, mucha energía. Desde temas herrumbrados en su inmensa bóveda de canciones aún no reveladas como “I Could Never Take The Place Of Your Man”, hasta material en vivo no editado de los años con The Revolution como “It’s Gonna Be A Beautiful Night”, pasando por géneros y estilos diversos, para llegar a lo más rozagante que su inspiración no podía cesar de elaborar.

El funk que Prince venía llevando a su máxima capacidad vuelve a fusionarse en este caso con el rock, el soul y el dance que él mismo había popularizado junto a Michael Jackson entre los jovenzuelos afroamericanos. Este producto fue sazonado con una pisca de jazz, luego colocado todo junto en una imaginaria cocktelera con luces de neón, dando como resultado un brebaje fluo con sabor a pop que invitaba a dar una y otra vuelta a cada uno de los dos vinilos que conformaban esta obra. Es así como se nos ofrecen momentos bailables donde el funky groove de rigor en temas como “Housequake” o “Hot Thing” hacían saltar a la pista a todo aquel que le rindiera culto: “Shut up already, damn!”… and dance, le faltó decir. Pero todo suena tan negro que da placer y si bien el irrefrenable dance-pop/rock se repite en temas como “Play In The Sunshine” (que vendría a ser el “Let’s Go Crazy” de este disco) o el que fuera el último single del disco “I Could Never Take The Place Of Your Man”, hay suficiente espacio para midtempos como “If I Was Your Girlfriend” o “Starfish And Coffee”. Incluso Prince vuelve a deslumbrar con esas baladas que dividen tanto las aguas entre quienes lo aman y quienes lo defenestran, y nos regala ejemplos como “Slow Love” o el inmejorable cierre con la magnífica y llorosa “Adore”.

Capítulo aparte merecen tal vez los highlights del disco. “Strange Relationship” conjuga en una sola canción toda la influencia que Prince imprimió en artistas masivos internacionalmente como Janet Jackson, o de mayor consumo local yankee como The Jets, De Barge, Lisa Lisa & Cult Jam o miles de artistas Freestyle que salieron como de fabrica de hacer chorizos en el segundo lustro de los 80’s, todos con el sello Minneapolis Sound (como fue conocido este híbrido del que The Artist fue pionero). “U Got The Look”, a dúo con Sheena Easton, es la apertura del segundo disco y fue el mayor éxito en el Billboard Hot 100. Una pegadiza canción de rock caracterizada por el sonido de guitarras saturadas, marcada percusión y Prince interpretando a su alter ego Camille que juega una suerte de contrapunto con Sheena en el supuesto “Boy versus girl in the World Series of love”. Personalmente, mi tema favorito. Y por supuesto, el eterno “Sign O The Times”, un ejemplo de minimal music con base funk que fue #1 en el R&B chart de Billboard. Un single que fue aclamado por medios como Rolling Stone o NME como uno de los mejores de todos los tiempos.

Casi 80 minutos sin desperdicio es el resultado final de este clásico de su década, “Sign O The Times” es uno de los discos que abrió las puertas a un género de transición conocido como New Jack Swing, dando lugar en el futuro a un nuevo público para artistas R&B y hip hop tales como Paula Abdul, TLC, Boyz II Men o Puff Daddy. Un disco bisagra que colocó a Su Majestad Púrpura en la vanguardia de una época.

martes, 18 de abril de 2017

Music Corner n° 145 - Level 42

"1987: el año en que Wight Island conquistó el mundo"

¿Cuántas bandas conocen ustedes cuyos miembros sean originarios de Londres? Puf!! ¿Cuántas que se hayan originado en Liverpool? Puf, una por lo menos! Pero… ¿Cuántas bandas conocen cuyos fundadores sean oriundos de la Isla de Wight? A ver, a ver... Mark King junto a sus camaradas isleños Boon y Phil Gould, por supuesto! A ellos se unió Mike Lindup (teclados) en 1979 en Londres para dar el puntapié inicial a Level 42. Una curiosidad es que Mark King no fue originalmente el bajista de esta banda, aunque el bajo fue el instrumento que le concedió la fama mundial y que lo convirtió en uno de los músicos más influyentes de su generación gracias a su maestría en la técnica conocida como “slap and pop”. Lo cierto es que Mark comenzó tocando la batería, instrumento que luego caería en manos de Philip Gould.

Desde sus inicios, los muchachos de Level 42 fusionaron jazz y funk y fueron introduciendo elementos ligados al pop, apuntando hacia subgéneros como el sophisti-pop y el dance-rock. Por tratarse de músicos con formación académica, los roles eran flexibles y además de lo anteriormente mencionado sobre Mark King, Boon Gould supo tocar bajo y saxofón, o Lindup podía ocasionalmente inmiscuirse con la batería. La habilidad de Lindup con el sintetizador dio a la banda una fuerte base synth-pop. Pero la calidad de Mark King fue lo que hizo la diferencia: su técnica (“slap and pop”) fue muy utilizada por los contrabajistas en los años 20’. La misma consiste en tirar fuertemente de las cuerdas de modo que reboten contra el mástil produciendo un chasquido, propinando a continuación una bofetada a las cuerdas que genera un patrón rítmico y produce un sonido muy característico y percusivo. Fue así que Mark King logró notoriedad y ya colaboraba con artistas como Nik Kershaw o Midge Ure en la primera mitad de los 80’s.

Con todo este bagaje de posibilidades y experiencias, los Level 42 ya no eran ningunos primerizos cuando lanzaron su séptimo y más exitoso álbum en marzo de 1987. Las puertas de USA ya se habían abierto con su disco anterior “World Machine”, que les dio su primer Top 10 hit en América “Something About You”. El anticipo del próximo disco sería el worldwide hit “Lessons In Love”, que fue #1 en Alemania, Dinamarca, Suiza, Finlandia y Sudáfrica. Este éxito abrió el camino a los siguientes sencillos y el mundo puso los ojos sobre la banda en gira, deslumbrándose particularmente con la velocidad y fluidez con la que King daba espectacularidad a su instrumento. Este álbum titulado “Running In The Family” tuvo una excelente recepción y cosechó para el grupo una bandada de nuevos fans. El disco abre con “Lessons In Love” un lado A impresionante que continúa con “Children Say”, sigue con el tema que da nombre al disco y cierra con la melosa pero efectiva balada “It’s Over”. El lado B baja la intensidad pero continúa la línea del buen pop sostenido por una base new wave con canciones pegadizas y bailables, incluyendo “Fashion Fever” y el tercer single “To Be With You Again”.

El álbum fue un muestrario de éxitos radiales como nunca antes había logrado el grupo: 5 singles que fueron Top 10 en varios países europeos. O sea que más de la mitad de los 8 temas del disco (en CD y cassette se adicionaba como extra track el tema “Freedom Someday”), fueron hits. En junio de 1987 Level 42 participó del Prince’s Trust Concert donde contaron con Eric Clapton como guitarrista invitado en el tema “Running In The Family” y donde se pudo ver a King y Lindup interviniendo en una versión de “While My Guitar Gently Weeps” junto a músicos de la talla de George Harrison, Clapton, Elton John, Phil Collins, Jeff Lyne y Ringo Starr. Level 42 jugó ese año en las ligas mayores. Pero tanto desgaste pasó factura, y fue esta la última producción que contó con todos los miembros originales, ya que los hermanos Gould abandonarían la banda en el transcurso de 1987.

En 2012, Level 42 homenajeó el 25º aniversario de su obra mediante una gira que abarcó UK y la mayoría de los países europeos, tocando el álbum completo. Al día de hoy, han pasado ya 30 años de su lanzamiento pero los hits de “Running In The Family” siguen sonando en las radios FM de todo el mundo y conquistando nuevos oyentes, para que todos recordemos que la Isla de Wight gozó de un año de gloria en el mapa musical.

martes, 11 de abril de 2017

Music Corner n° 144 - Duran Duran en Lollapalooza 2017

“Mamá dijo que no me pierda esta banda, que son grossos!”

Estoy viejo. Te das cuenta de eso cuando en un Festival, el artista que marcó tu adolescencia toca a las 18 hs y figura décimo en nivel de importancia en el Line Up, por detrás de DJ´s de moda cuya especialidad es hacer hits (como máquina de picar carne) a dúo con cantantes en ascenso en el Top 10 inglés… ok, I give a F**k!

A plena luz del día y considerando la posibilidad de que por tratarse a esta altura de mitos vivientes esto vaya a llenarse bastante más, nos apostamos cerca del escenario a las 17 hs. El sol brilla con furia sobre nuestras nucas y la mala idea de haber venido con una remera negra comienza a pasar factura. Pero el aire circula… al menos por un rato. Porque mis sospechas se van haciendo realidad y a medida que se acerca la hora, la masa de gente se va arrimando cada vez más al escenario y no sé cómo le estará yendo a Jimmy Eat World (que ya comenzó hace media hora) en el Main Stage 1 de este Lollapalooza, pero pareciera que el escenario donde estamos nosotros se está convirtiendo en el centro de la mayor convocatoria aquí y ahora.

Lo que no puedo dejar de observar es que hay gente de todas las edades. Cuarentones es lo que espero en su mayoría, pero el rango de edad baja hasta adolescentes casi púberes en algunos casos. De la boca de una chica de no más de 16 años sale la frase: “Mamá dijo que no me pierda esta banda, que son grossos!” y todo va quedando más claro. Me ha pasado de ver recitales de artistas legendario como Kiss o Paul McCartney y apreciar el fenómeno de los padres que llevan a sus hijos a conocer aquello que les cambió la vida, y acá se repite una vez más: veo un padre y una madre con una hija de unos 11 años.

Todo esto pasa a segundo plano cuando el reloj marca las 18 hs y vemos aparecer por el fondo del escenario a los 4 miembros originales de Duran Duran que desde el 2005 son nuevamente inseparables, como en los inicios de los 80’s (solo falta Andy Taylor, el guitarrista que siempre fue la figurita difícil para poder contar con el plantel perfecto). Simon Le Bon viste pantalón y chaqueta de jean blanca, remera celeste debajo y anteojos de sol: se para en el centro del universo y abre los brazos para recibir los aplausos. John Taylor siempre sonriente, de campera de cuero roja, se posiciona a la derecha de Simon. Nick Rhodes luce un ambo azul brillante y tras sus gafas oscuras sonríe y practica uno de sus hobbies predilectos: sacarle fotos a la concurrencia con una cámara compacta. Roger Taylor, siempre de perfil bajo, saluda casi accidentalmente y se sitúa rápidamente tras la batería. La banda se completa con Dominic Brown, guitarrista de gira desde hace años, Simon Willescroft en saxo, y dos coloridas coristas.

Comienza a sonar “The Wild Boys” y la concurrencia estalla, pero el grupo no da respiro y continúa a todo vapor con “Hungry Like The Wolf” y “A View To A Kill”: de un saque y de arranque, tres de los hitazos más representativos de Duran. Tiempo entonces de introducir al público argentino uno de los singles de su última producción “Paper Gods” que aún nunca había sonado en vivo por estas tierras: el ganchero “Last Night In The City”. Tras 4 temas ahí arriba, es hora de bajar un cambio y deleitarnos con aquel clásico proveniente de “The Wedding Album”, la atrapante “Come Undone”. Y ahora sí, uno de los temas favoritos de la audiencia local, como toda aquella canción que tenga un estribillo que repita más de una vez un “Oh”, un “Yeah” o un “No”: No-No-“Notorious” para hacernos saltar a todos con un poco de funky de la época en que estos ingleses más supieron coquetear con Prince. Aprovechando el clima ya festivo, nos tiran su último gran hit radial “Preassure Off” como para cerrar una primera mitad de lujo.

Nos preparábamos para un setlist de solo 12 canciones acorde a lo que Duran había tocado en el Lollapalooza de Brasil, corto y aggiornado al formato Festival. Pero el primer (maravilloso) imprevisto de la noche fue “Planet Earth” que como bonus viene mezclada con un homenaje a David Bowie en una versión duraní de “Space Oddity”. Momento emotivo que es bien aprovechado con un plato fuerte de los que enjugan los ojos, la inmortal “Ordinary World”, que es cantado por gente de todas las edades. Nos agarran con la guardia baja a los fanáticos, ya que ahí nomás nos tiran “I Don’t Want Your Love”, tema que los más jóvenes parecen desconocer pero que hace a las delicias de los fans más longevos. Segundo agregado que no fue tocado en Brasil. Seguimos a toda máquina con “White Lines” (pura energía) y “Reach Up For The Sunrise”, que es sazonado en la mitad con un medley de “New Moon On Monday”. Clásico de clásicos, junto a “Girls On Film” viene la presentación de los músicos, los pedidos de “play the fucking bass, John” (es habitual que John Taylor haga un solo de bajo, pero ésta vez no sucedió) y el cierre previo a los bises.

Nuevamente perdió Brasil: allá volvieron, tocaron “Rio” y se fueron. Acá volvieron, Simon toma la guitarra y ya nos la vemos venir… y nos pide que usemos nuestros celulares para iluminar la escena de la manera que hace 30 años se hacía con los encendedores, con el fin de acompañar esta balada sin precedentes que es “Save A Prayer”. Al final, Duran Duran compensó a los fans argentinos por la carencia de un side show con un setlist más largo, lo que nos llena de satisfacción y reafirma una vez más la relación especial que tiene la banda con éste país. No queremos que esto termine nunca, pero la crueldad de estos festivales consiste en dejar a los fans hambrientos como un lobo. De modo que solo había lugar para el fantástico cierre con “Rio”, pero de que nos vamos a quejar!

Sin darnos cuenta ya era de noche cuando Duran Duran se despide de ésta fascinada multitud. Recién entonces noto que ninguna persona del público había abandonado su posición, y ahora empieza a descomprimir la masa. Viene The Weeknd dentro de una hora a este mismo escenario, el Main Stage 2. Estimado Abel, deberás esforzarte al extremo: hay que ocupar unos zapatos muy grandes!


(Recital de Duran Duran en Buenos Aires, 1/04/17. Fotos de Alex Martiniaddict)