Minimalismo Púrpura: 30 años de "Sign O The Times"
“In France, a skinny man died of a big disease with a little name.
By chance his girlfriend came across a needle and soon she did the same…” son las líneas que dan apertura a un disco tan ecléctico e impredecible como la letra de esta canción anticipa. Y al mismo tiempo, tan rico y sorprendente que para algunos medios especializados fue el mejor álbum de los 80’s. Y si no al menos, el mejor álbum doble de esa década.
Y es que Prince Rogers Nelson estaba brillando como pocas veces, y ese brillo era por momentos asfixiado por su propia discográfica y limitado por el formato tradicional de las producciones de aquellos años. Mucho material, muchas ideas, mucha energía. Desde temas herrumbrados en su inmensa bóveda de canciones aún no reveladas como “I Could Never Take The Place Of Your Man”, hasta material en vivo no editado de los años con The Revolution como “It’s Gonna Be A Beautiful Night”, pasando por géneros y estilos diversos, para llegar a lo más rozagante que su inspiración no podía cesar de elaborar.
El funk que Prince venía llevando a su máxima capacidad vuelve a fusionarse en este caso con el rock, el soul y el dance que él mismo había popularizado junto a Michael Jackson entre los jovenzuelos afroamericanos. Este producto fue sazonado con una pisca de jazz, luego colocado todo junto en una imaginaria cocktelera con luces de neón, dando como resultado un brebaje fluo con sabor a pop que invitaba a dar una y otra vuelta a cada uno de los dos vinilos que conformaban esta obra.
Es así como se nos ofrecen momentos bailables donde el funky groove de rigor en temas como “Housequake” o “Hot Thing” hacían saltar a la pista a todo aquel que le rindiera culto: “Shut up already, damn!”… and dance, le faltó decir. Pero todo suena tan negro que da placer y si bien el irrefrenable dance-pop/rock se repite en temas como “Play In The Sunshine” (que vendría a ser el “Let’s Go Crazy” de este disco) o el que fuera el último single del disco “I Could Never Take The Place Of Your Man”, hay suficiente espacio para midtempos como “If I Was Your Girlfriend” o “Starfish And Coffee”. Incluso Prince vuelve a deslumbrar con esas baladas que dividen tanto las aguas entre quienes lo aman y quienes lo defenestran, y nos regala ejemplos como “Slow Love” o el inmejorable cierre con la magnífica y llorosa “Adore”.
Capítulo aparte merecen tal vez los highlights del disco. “Strange Relationship” conjuga en una sola canción toda la influencia que Prince imprimió en artistas masivos internacionalmente como Janet Jackson, o de mayor consumo local yankee como The Jets, De Barge, Lisa Lisa & Cult Jam o miles de artistas Freestyle que salieron como de fabrica de hacer chorizos en el segundo lustro de los 80’s, todos con el sello Minneapolis Sound (como fue conocido este híbrido del que The Artist fue pionero).
“U Got The Look”, a dúo con Sheena Easton, es la apertura del segundo disco y fue el mayor éxito en el Billboard Hot 100. Una pegadiza canción de rock caracterizada por el sonido de guitarras saturadas, marcada percusión y Prince interpretando a su alter ego Camille que juega una suerte de contrapunto con Sheena en el supuesto “Boy versus girl in the World Series of love”. Personalmente, mi tema favorito.
Y por supuesto, el eterno “Sign O The Times”, un ejemplo de minimal music con base funk que fue #1 en el R&B chart de Billboard. Un single que fue aclamado por medios como Rolling Stone o NME como uno de los mejores de todos los tiempos.
Casi 80 minutos sin desperdicio es el resultado final de este clásico de su década, “Sign O The Times” es uno de los discos que abrió las puertas a un género de transición conocido como New Jack Swing, dando lugar en el futuro a un nuevo público para artistas R&B y hip hop tales como Paula Abdul, TLC, Boyz II Men o Puff Daddy. Un disco bisagra que colocó a Su Majestad Púrpura en la vanguardia de una época.
viernes, 21 de abril de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario