jueves, 23 de marzo de 2017

Music Corner n° 143 - Daft Punk

“tAreApaRaElhOgAr”

“¿Qué es todo ese ruido infernal???”, fue el comentario enardecido de mi madre cuando en aquel verano de 1997 pasó por la puerta de mi habitación y fue invadida por “Rock n’ Roll”, uno de los tracks de mi entonces recién adquirido álbum debut de Daft Punk. Hasta yo tenía que reconocer en aquel momento que aquello podía resultar algo perturbador, pero por otro lado, hipnótico y atrapante. ¿De qué se trataba todo esto?

La movida electrónica que había estallado a mediados de los 90’s en Europa fue el caldo de cultivo ideal para que surgiera este estilo conocido como french house, que combinaba el house y el funk y se enriqueció con el uso progresivo de filtros en sus pistas, y cuyo máximo exponente es el dúo Daft Punk. Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo son sus integrantes, compañeros del secundario y fans de los Beach Boys y los Rolling Stones (difícilmente uno podría imaginar estas influencias).

Antes de que Daft Punk firmara contrato con Virgin Records en septiembre de 1996, ya habían logrado notoriedad con su primer éxito “Da Funk” grabado en mayo de 1995. Despertaron la atención de Tom Rowlands y Ed Simons (The Chemical Brothers), que en ese momento hacían estragos en los clubs bailables londinenses. Ellos empezaron a utilizar algunas pistas de Daft Punk en sus DJ sets y simultáneamente les encargaron una remezcla para su single “Life Is Sweet”. “Da Funk” fue relanzado en 1996 y con la ayuda de un video (dirigido por Spike Jonze) protagonizado por un hombre-perro que vaga por la noche neoyorkina escuchando un stereo portátil, el suceso se extendió a todo el mundo. Fue Top 10 en Francia e Inglaterra, y #1 en el chart de Dance Play norteamericano.

Con este antecedente, fue editado “Homework” el 20 de enero de 1997 en el Reino Unido. Curiosamente, se trataba de un conjunto de pistas pensadas inicialmente para editarse como singles de difusión, las que terminaron configurando un álbum que fue concebido originalmente para el formato vinilo. Es básicamente un conjunto de distintos estilos de electro donde se combinan géneros como house, acid house y techno, salpicados con toques de funk (un estilo que en el futuro marcaría posteriores producciones del dúo). El inolvidable caballito de batalla del disco sería su segundo single “Around The World”, que reiteró la performance de “Da Funk” en USA y además fue un worldwide hit que logra repetir un total de 144 veces el título de la canción en la versión del álbum y aún así, no agotar. El logrado video dirigido por Michel Gondry muestra una serie de robots, atletas, nadadoras, calaveras y momias bailando en una plataforma circular, y lo curioso es que cada grupo representa un instrumento de los que suenan en la pista. Magistral. Otros singles del disco fueron “Burnin” y “Revolution 909”, pero la lista de temas irresistiblemente bailables incluye también otros como “Phoenix”, “Alive” o “Fresh”.

Reconocido como uno de los álbumes de house más influyentes de la década del 90, “Homework” se trata de 73 minutos arrolladores y sin descanso, como solían ser los discos electrónicos de aquellos años y subsiguientes: fue una década que dejó grandes producciones como “Second Toughest Of The Infants” de Underworld, “Dig Your Own Hole” de Chemical Brothers o “Decksandrumsandrockandroll” de Propellerheads. Solo por mencionar algunos: discazos todos. Pero tal vez, a la cabeza del género y de la época, se encuentre el debut de Daft Punk.

Music Corner n° 142 - Coldplay

"LA URGENCIA DE SER COLDPLAY"

Ser Coldplay ya no es ser una promesa. Tampoco es ser una sorpresa. Ser Coldplay es ser el fenómeno que sigue llenando estadios con el paso de los años. Devenir en un artista masivo que llena estadios pero que para lograrlo, ha sabido recrearse de la forma que ser Coldplay lo exige. O sea, no dejando la esencia de lo que se es.

A veces no es tan fácil lograr explicar como se llega a ser lo que se es en el mundo de la música. Esto no es chiste y se puede aplicar tanto a aquellos que nunca entendimos como llegaron a donde lo hicieron, y como a otros nunca fueron reconocidos. Se puede comenzar con una obra introductoria y representativa como “Parachutes” e invadir las listas radiales con hits como “Yellow” o “Trouble” para empezar a ser. Como otros artistas, se puede abarcar el espectro mundial dándose a conocer con un álbum que consagre definitivamente como “A Rush Of Blood To The Head”, abriéndose incluso al reconocimiento del público norteamericano que nunca lo ignoró a la hora de otorgarle Grammys, y entonces lo consagró con “Clocks” como Grabación del Año (2004). A similitud del Ecce Homo de Nietzsche, Coldplay se redescubrió a si mismo permanentemente como portador y emblema de lo que representa. Algo que queda plasmado en su sello personal y que sigue vivo y presente en su más reciente trabajo “A Head Full Of Dreams” y atravesando cada una de sus producciones.

Aquel Coldplay que creyó que por primera vez iba a tener una canción en el puesto número 1 del ranking inglés cuando “Speed of Sound” estaba aún caliente en el horno, pero a quien una inesperada rana virtual que sampleaba un tema de “Beverly Hills Cop” le postergó ese privilegio por unos años. Solamente hasta el 2008, cuando nada en el universo pude evitar que “Viva La Vida” se clave en el número 1 a ambos lados del Atlántico. El ser Coldplay que implicaba cada vez más crear hits que tuvieran un tinte positivo y orientado a la vida y el amor, desde aquella proclama de “Look at the stars, look how they shine for you”, pasando por extractos como “I turn the music up, I got my records on, I shut the world outside until the lights come on” (“Every Tear Is A Waterfall”) para continuar apostando a la positividad desde un “We're gonna get it, get it together right now” del más reciente “Up & Up”. Todo fluye, todo hacia una dirección, y todo nos ilumina.

Así como nos iluminó Coldplay cada vez más en sus presentaciones en vivo. Como los estadios cada vez más grandes fueron invadidos de pronto por mariposas de colores, para pasar a ser luego territorio tomado por lasers, y llegando esa luz y color a la última gira en forma de xylobands randomizados. Tener un mensaje cada vez mas ecologista y orientado al cuidado del planeta.

¿Qué es Coldplay entonces? Claramente, no es solo un artista que hace música. Es un todo: un sonido, un estilo, un mensaje, un color multiplicado en miles de colores, y un conocimiento de cómo llegar a millones de personas y encantarlas. Ante todo, un grupo de 4 personas conformado por Jonny Buckland, Will Champion, Chris Martin y Guy Berryman. Solo que la urgencia de ser no nace en este caso del dolor, sino de la misma libertad. Serás Coldplay: serás lo que debas ser.



16/06/2016