lunes, 10 de julio de 2017

Music Corner n° 151 - The Prodigy

"The Fat of The Land": The Right Beat!

1997 fue un gran año para la música. Se descargaban los últimos efectivos cartuchos de la explosión brit pop, la movida electrónica francesa estaba en su apogeo, y el mundo abría los ojos a “The Fat of The Land”, el tercer disco de The Prodigy. Disco que vino precedido por dos singles demoledores que llevaban las expectativas del futuro álbum a niveles demasiado elevados y difíciles de alcanzar.

Me anoticié del fenómeno Prodigy cuando MTV empezó a dar en alta rotación el video de “Firestarter”, editado en marzo de 1996 como primer single adelanto del próximo álbum al que aún le faltaba más de un año para llegar al mundo. “Firestarter” trepó rápidamente al #1 en Inglaterra y fue hit en toda Europa, pero distaba años luz de ser el hit convencional que llega a la cima gracias a un riff o una melodía ganchera. Se trataba en cambio de un techno/rave-rock furioso donde Keith Flynt aullaba como un punk desatado, un video oscuro y una temática piromaníaca. En noviembre de 1996 saldría el siguiente corte, “Breathe”, que también llegó al n° 1: más big beat del bueno que estuvo en boga a mediados de los 90’s, y otro video oscuro y alucinógeno con Keith y Maxim cada vez más delirantes.

Gracias a esto, los Brit Awards del 24 de febrero de 1997 no fueron indiferentes con The Prodigy: tanto “Firestarter” como “Breathe” fueron nominados en la categoría Best British Video (e injustamente derrotados por las Spice Girls) y levantaron el premio a Best British Dance Act, venciendo en dicha categoría a los mismísimos Chemical Brothers y a Underworld. No es pavada. Digamos que estaba todo excelentemente perfilado para que el álbum fuera lanzado exitosamente. Justo para ese momento, la banda fue uno de los números más destacados del festival de Glastonbury de ese año junto a Radiohead.

El 30 de junio de 1997 finalmente se edita en el Reino Unido “The Fat of The Land”. Era el más puro big beat que representaba una oda al hardcore techno con elementos de rock industrial y punk, aunque por la imagen del grupo sería más bien ciberpunk. Contenía además el que sería el polémico tercer single “Smack My Bitch Up”, que generó todo tipo de crítica negativa de organizaciones como la National Organization for Women por su letra supuestamente misógina y promotora de la violencia hacia las mujeres (letra que solamente repite la frase “Change my pitch up, smack my bitch up”), así como su video también despertó controversia y llegó a ser prohibido por la BBC y restringido en MTV. Lo cierto es que “Smack My Bitch Up” es un dance track irresistible que inició una suerte de culto, y abría la placa de la mejor manera posible. El segundo track era el ya archiconocido hitazo “Breathe”; en tercer y cuarto lugar llega el atractivo funky hip-hop de “Diesel Power” y “Funky Shit” como momento aparentemente calmo, volviendo a dispararse toda la contundencia visceral en “Serial Thrilla”, otro pasaje tan efectivo como “Smack MBU” que deja asentado que la intención del grupo es no dejarnos bajar de ese estrato. Y no lo hace en ningún momento, porque la segunda mitad del disco puede resultar menos enardecida pero de igual calidad, y de todos modos contiene energía concentrada en la ya conocida “Firestarter”, la envolvente “Climbatize” que es imposible de reprimir a la hora de sacudir pies o cabezas, y el cierre a todo trapo con la arrolladora y rabiosa “Fuel My Fire”.

“The Fat of The Land” no solo fue #1 en Inglaterra, sino también en la mayoría de los países europeos, y además en Estados Unidos y en Australia. En los Brit Awards de 1998 fue nominado a mejor álbum del año y mejor grupo, y en los Grammys también recibió una nominación. Más allá de todas estas distinciones, lo importante es su legado. Un disco demoledor, impactante, arrasador, con un vigor que solo habían logrado en aquellos años artistas como The Chemical Brothers o Propellerheads, pero con ese toque punk que estos por entonces referentes de la electrónica no poseían ni buscaban. El electropunk de “The Fat of The Land” es ni más ni menos que un placentero hachazo a la cabeza. Y como tal será recordado: como una obra maestra de su género.

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