GEORGE MICHAEL – “FAITH” (1987):
Top Of The World
A poco menos de un año de la triste e irreparable pérdida que significó la partida de George Michael, se cumplen 30 años de la edición de “Faith”, el disco que lo colocó en la cresta de la ola del pop mundial. Es uno de esos casos donde la vigencia de una obra supera al propio maestro que la ha creado retroalimentándose de su mito: es un hecho que el nombre de George Michael fue revalorizado con el correr de los años, y ha recibido el reconocimiento de todo tipo de fanáticos de la música de los más variados estilos y géneros, y de gente de todas las edades, nacionalidades y razas.
¿Qué fue lo que hizo posible un fenómeno como “Faith” en su momento, y qué fue lo que lo convirtió en un clásico incluso para generaciones que no lo vivieron cuando fue lanzado? Además del acontecimiento en sí, es necesario identificar los prejuicios que existen y existieron en todas las sociedades a lo largo de los tiempos, y que lo contrarestan. Cuando George Michael entrega esta obra maestra a fines de octubre de 1987, él mismo podía catalogarse como una estrella pop en ascenso tanto por sus composiciones como por su rol de sex symbol. El George bronceado, de barba casi dibujada y con chaqueta de cuero motoquera impactó visualmente en forma muy positiva, pero también generó reacciones negativas por tanto exceso de producción. Tras sus gafas de sol destilaba hormonas e incomodaba: el propio George renegaría años después de ese personaje que tan cuidadosamente armó para vender. Pero de algún modo, necesitaba hacer esto para romper con las cadenas que lo ataban a la imagen de Wham!. Y el sonido de ésta nueva etapa ya no era ya más el de Wham!, contra todos los pronósticos acerca de lo que George tenía que hacer para seguir manteniendo su éxito.
Si bien algunos pasajes de “Faith” pueden sonar hoy en día anacrónicos y excesivamente ochentosos, el disco en su generalidad logró una atemporalidad propia de los clásicos. Sin embargo, aquella impronta vintage es la que da ese toque de color a un álbum que también marcó a fuego el dance tan propio de su década. Por ejemplo a través de “I Want Your Sex”, que ofició como single adelanto al ser lanzado en junio de 1987 como parte de la banda de sonido de “Beverly Hills Cop II”. Tan irresistible invitación a la pista de baile ameritó un #2 en Estados Unidos y fue top 5 en varios países del mundo.
Dado el tiempo transcurrido hasta que se editó el LP (30 de octubre de 1987), hubo lugar para un segundo adelanto que se convertiría en instant classic y que se coronaría como el single #1 del año 1988 para la revista Billboard: el homónimo del álbum, “Faith”. Una canción corta, simple, muy impregnada de la década del 50 y altamente efectiva. Verdaderamente algo inesperado, ya que cualquier entendido sobre cómo funcionaba el mercado en esos años, sabía que para lograr un éxito seguro George necesitaba solo una balada. Pero las baladas las dejó para después. Y por dios, que baladas…
“Faith” es un disco tan impecable y solo cuenta con 9 canciones, no existiendo desperdicios. Si insistiéramos en seleccionar un tema como el menos relevante, o más “flojo”, quizás elegiríamos “Look At Your Hands”, tal vez de aquellos que suena vintage pero que cuenta con una lírica tan actual como comprometida: la violencia contra la mujer. Honestamente, no hay modo de encontrar un defecto en este disco: lo que no desgarraba el alma desde las letras, nos transportaba a otra época como una máquina del tiempo, o nos obligaba a mover el esqueleto a morir. Los singles cortados luego de “Faith”, que da apertura al álbum, son un mazazo tras otro. “Father Figure” es una canción oscura de amor con tintes posesivos, cuyo video muestra un George que alimenta su imagen de macho duro manejando un taxi y jugando el rol de amante de una modelo que lo elige como fetiche. Porque hay que decirlo: MTV ayudó a construir esa percepción de un George recio. Tan recio, que en el video de “Faith” el mismo George reconoció que se colgó un collar de perlas del hombro de su chaqueta de cuero solo para ablandar un poco su figura.
Hablando de canciones desbordadas de sentimiento, introspectivas y destinadas a la cima de los charts, no existe mejor ejemplo que “One More Try”. Fue el cuarto corte y cierre de un lado A cargado con hits memorables y destinados a ser clásicos. “Cause teacher, there are things that I don’t want to learn / And the last one I had made me cry”: exuda pasión la lírica de un George inspirado como en sus mejores momentos, acompañada por un video donde el divo canta con el cuerpo y con el alma.
El lado B era más simple y más efectivo, reservándose un cierre de lujo. “Hard Day” y “Hand To Mouth” eran frescas y bailables, aunque en el caso de “Hand To Mouth” se advertía una letra más dura y comprometida. Se trataba de una fuerte crítica al sueño americano desde la identificación con aquellos excluídos del mismo: “I believe in the gods of America, I believe in the land of the free / But no one told me that the gods believe in nothing / So with empty hands I pray”. De hecho, está canción estaba pensada para ser el corte posterior a “Faith”, pero ante el posible impacto negativo en Norteamérica, fue colocada como cara B de dicho single.
El siguiente tema era el ya mencionado “Look At Your Hands”, seguido por otro track de base netamente funk que sería próximo número 1 en USA, “Monkey”. Editado en julio de 1988 con una versión remezclada y un video que reflejaba escenas de la gira mundial de “Faith”, no había forma que este neo George con tiradores y sombrero adornando su jopo con reflejos no llegara directo a la cima. Y para cerrar la obra maestra, el tema que George se tenía guardado desde antes del último lanzamiento de Wham! Una balada suprema, minimalista y jazzera, que transporta a una década pasada y que constituye uno de los temas del disco que mejor maduró con el paso del tiempo. Una anécdota: “Kissing A Fool” iba a ser el nombre original del álbum, trastocando a último momento a “Faith”.
El resto de la historia es conocida: “Faith” arrasó los charts y los premios correspondientes al año 1988, es considerado hoy uno de los mejores discos de todos los tiempos por distintos medios especializados, y fue número 1 en decenas de países alrededor de todo el mundo certificando ventas por más de 25 millones de copias. La vida de su autor cambió radicalmente después de esta placa, pero la genialidad de George Michael se mantendría intacta y llegarían en el futuro obras de la misma calidad o incluso superior. Pero si se trata de recordar un año a partir de la música que lo marcó, 1988 fue el año de “Faith”.
lunes, 30 de octubre de 2017
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