“WITHOUT YOU I´M NOTHING" - 20 AÑOS
BIPOLARIDAD CONDUCTORA
Tras un promisorio debut y con un primer corte Top 5 en el UK Chart con “Nancy Boy”, Placebo era una banda que empezaba a generar interés público a mediados de los 90’s. Entre aquellos que se sintieron atraídos resultó estar nada menos que David Bowie, con quien Placebo tuvo el lujo de tocar en varios conciertos durante el año 1996, hasta incluso para el cumpleaños n° 50 del Duke en el Madison Square Garden. El espíritu de Bowie continuó haciéndose carne en Placebo, ya que el siguiente paso del trío consistió en su participación con un cover de “20th Century Boy” en la banda de sonido de la película “Velvet Goldmine” inspirada en la escena Glam Rock de los años 70´s (y directamente relacionada con las vidas de Bowie e Iggy Pop). Esta fue toda la previa al segundo álbum de Placebo, que ya se estaba gestando.
Contar en la producción con el entonces ascendente Steve Osborne (ya tenía en su cartera trabajos con U2, Happy Mondays o Lush) no fue un tema menor, y aunque la relación que tuvo el mismo con la banda fue bastante conflictiva, los resultados no dejaron de ser óptimos. Aun así, temas icónicos de la placa en cuestión como “Pure Morning” (primer single cortado) contaron, como otros temas, con la producción de Phil Vinall.
Sorprendería a más de uno enterarse que “Pure Morning” fue originalmente concebido como un cara B de algún futuro single, pero el resultado final daba obviamente para mucho más que eso. Junto a “Never Let Me Down Again” de Depeche Mode, podemos considerarla una de las más grandes odas a la amistad, y al igual que el tema de Depeche, es oscuro, envolvente y adictivo. Ideal para dar apertura a sus respectivos álbumes. Así fue como el adelanto del nuevo disco, que ya estaba terminado, fue justamente un tema que se metió por la ventana. “Pure Morning” fue lanzado el 3 de agosto de 1998, alcanzando el #4 en el UK singles chart. El sombrío video en cámara lenta muestra a Brian Molko amenazando suicidarse desde el borde de un edificio londinense, para terminar caminando por las paredes en lugar de caer al vacío. Androginia y desafío de leyes físicas en un mismo acto.
La consigna de este segundo disco era mostrar el lado más netamente glam rock de Placebo con ribetes de electro-punk similares al Sonic Youth o Pixies que supieron sacudir la escena under a comienzos de aquella década. Un pasaje furibundo como “Brick Shithouse” da cuenta de esta cólera desatada, que se complementa con saturaciones y acoples en otros tracks desbordantes de contundencia como “Every You Every Me” o “Scared Of Girls”. Incluso en el hidden track “Evil Dildo”. Pareciera que los puntos más elevados se encuentran en esos arrebatos, pero la violencia en Placebo se sublima en los momentos de mayor profundidad emocional que reside, con natural peculiaridad, en sus producciones más lentas, lúgubres y melancólicas. El tipo de amor que se describe en una letra como “Without You I´m Nothing” es aquel que desgarra, que no permite vivir, que arrastra a la desesperación del saber que no hay salida más que el abismo. Ese tipo de situaciones se describen una y otra vez a lo largo de exquisitos 65 minutos. Así como el momento bisexual de Molko entonando la romántica y sufrida “My Sweet Prince” (no “Princess”) con estrofas como “Never thought I’d get any higher / Never thought you’d fuck with my brain”. Así es medio difícil que las cosas funcionen, diría un tradicionalista!
By The Way, yo entiendo que es un gran honor que David Bowie quiera grabar una canción a dúo con tu banda, pero realmente me quedo con la versión del álbum antes que con la del single “Without You I´m Nothing” con la voz de Bowie grabada encima. Te quiero Duke, te amo: no me odies desde el más allá por decir esto!
Para darle empuje comercial al disco, la rola elegida como segundo corte fue la simpática y bailable “You Don’t Care About Us”, que también logró ser top 5 en Inglaterra. Con dos hits en el bolsillo el álbum fue bien recibido por la crítica y Placebo pudo ampliar su universo de fans, lo que sirvió para una aún mejor performance de su obra posterior “Black Market Music”. En una escena musical mundial donde artistas como Marilyn Manson pisaban fuerte, una concepción como la de “Brick Shithouse” puede parecer menos extrema que lo que realmente es: una persona asesinada viendo desde el más allá a su novia acostándose con otro hombre mientras le canta algo tan intimidante como “I’ll be watching when he’s around”. Creepy. Tampoco resulta tan revolucionario ya (ni lo era en 1998) pegarle a la Iglesia en un tema como “Allergic (To Thoughts of Mother Earth)”. De modo que nada de lo que aquí se dijera resultaba escandaloso, pero si en muchos aspectos movilizador con momentos creativos.
Como sea, “Without You I’m Nothing” es un disco que no se molesta en evitar mostrar una completa inestabilidad emocional. Un sube y baja desbocado es la línea que caracteriza toda la obra: de “The Crawl” saltamos a “Every You Every Me”; de la deliciosa melodía de “Summer’s Gone” pasamos a la tormentosa “Scared Of Girls”. Tal vez sea “Every You Every Me” la canción que resume todo aquello que somos y que sentimos: todos tenemos algo viejo y algo nuevo, todos tenemos algo prestado y algo triste. Todos podemos ser egoístas o crueles. Todos podemos ser Placebo.
Me encantan este tipo de discos donde, pese a la bipolaridad, hay un hilo conductor que hace que nada desentone. Ese es el pilar: abusar de ese placer que siente el oído del sufriente ante los altibajos. Frenesí y abatimiento en una constante ida y vuelta, todo por un mismo precio. No se puede pedir más: por algo es esta la producción que mejor representa a Placebo.
viernes, 28 de diciembre de 2018
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