THE VERVE – “URBAN HYMNS” (1997): La fábula agridulce
Cuando Oasis reinaba sobre Inglaterra, cualquier cosa que salía de la boca o la escritura de Noel Gallagher merecía como mínimo un análisis detallado. Y que pudo ser mayor espaldarazo para Richard Ashcroft que recibir una dedicatoria dentro del disco que hacía furor en 1995, “(What’s The Story) Morning Glory?”. La referencia corresponde a la canción “Cast No Shadow”, y dice Noel que cuando se la cantó por primera vez, Richard se emocionó al borde de las lágrimas. Oasis había sido telonero de The Verve en 1994 y dos años después habían pasado al frente.
Lamentablemente The Verve no estaba pasando por su mejor momento a nivel humano, pese a las críticas positivas y el apoyo de los fans. Tras la publicación de su segundo álbum “A Northern Soul” (la canción que da título al disco sería una devolución de gentilezas de Richard Ashcroft a Noel Gallagher), la banda se separaría por tres meses. Ashcroft se dio cuenta que no podían desperdiciar la oportunidad que se les estaba presentando: el sonido del cual habían sido en parte precursores, estaba arrasando en Gran Bretaña y la ola parecía no detenerse. Por ese motivo se esmeró en volver a unir a la banda, pero la negativa de Nick McCabe pareció ser terminante. Ni lerdo ni perezoso, Richard juntó a lo que quedaba del grupo e incorporó a Simon Tong en reemplazo de Nick en la guitarra. En el medio de la grabación del siguiente álbum, McCabe volvió a sumarse al grupo sin que Tong se retirara, y así dieron forma entre todos (junto a Simon Jones en bajo y Peter Salisbury en batería) a su obra “Urban Hymns”.
El 16 de junio de 1997 saldría como adelanto el hit que le representó a The Verve un éxito sin precedentes y que alcanzó ambos lados del Atlántico: la inmortal “Bitter Sweet Symphony” sigue siendo hoy en día una de esas melodías que puede agradar a cualquier oído y que el paso del tiempo no desgasta. La controversia que generó tampoco había tenido semejanzas: el riff en el que estaba basada “Bitter Sweet Symphony” provenía de uno muy similar del tema “The Last Time” de The Rolling Stones (1965). Si bien se había solicitado permiso para su uso, los poseedores de los derechos entendieron que se había ejercido un abuso y la cuestión llegó a la corte. Finalmente, aunque la canción había sido escrita por Richard Ashcroft en su totalidad, se dispuso que los créditos se compartieran con Mick Jagger y Keith Richards.
Todo esto resultó anecdótico a la hora de medir las puertas que este sencillo abrió para The Verve. El siguiente corte, la conmovedora e intensa “The Drugs Don’t Work”, fue el primer hit #1 de The Verve en el chart británico, lanzado unos días antes de que el nuevo álbum viera la luz.
Con estos antecedentes, “Urban Hymns” se mantuvo en la cima del UK chart durante 12 semanas. El disco es extraordinario desde su inicio. Abriendo con “Bitter Sweet Symphony”, las expectativas son inmejorables, y de hecho, los primeros 4 temas conforman una de las más sobresalientes aperturas en la historia del rock alternativo. El segundo track es la balada mid-tempo “Sonnet” y con una estructura de base similar a “The Drugs Don’t Work” en cuanto al uso de guitarra acústica y eléctrica, y la presencia de una sección de cuerdas (principalmente de violines). Una canción bellísima. A continuación, una rola asombrosa y bien cargada de un poder eléctrico rockero que la primera vez que escuché me trajo reminiscencias a Ozzy Osbourne: la hipnótica y saturada “The Rolling People”. Y para cerrar el cuarteto de bienvenida, la ya conocida “Drugs Don’t Work”: un clásico instantáneo. El disco no puede evitar tener una ligera caída luego de este despliegue, pero la misma es insignificante siendo que el paisaje sonoro se expande en diversos momentos como “Weeping Willow”, “One Day” o el tercer single “Lucky Man”, alcanzando picos notables que nos permiten llegar intactos el magnífico cierre que nos brinda “Come On”, palpitante y empapada de esas guitarras rockeras que tan bien supo imprimir The Verve.
Era el disco que conjugaba a la perfección todo el sonido que habían luchado por conseguir desde los mismos inicios como grupo. Y el reconocimiento no fue mezquino, ya que en 1998 The Verve se alzó con los dos premios mayores en los Brit Awards: Mejor Grupo Británico y Mejor Álbum (venciendo a pesos pesados del momento como Oasis y Radiohead), y la bienvenida al mercado norteamericano incluyendo una nominación al Grammy para “Bitter Sweet Symphony”.
Pero la banda no pudo soportar el trajín del éxito masivo, y sobrevino la separación por segunda vez. Richard Ashcroft se embarcó en su primer álbum solista, y Simon Jones junto a Simon Tong formaron un supergrupo llamado The Shining en compañía de John Squire (ex guitarrista de The Stone Roses). The Verve tardaría 8 años en volver a juntarse para grabar “Forth”, un digno sucesor del hoy clásico “Urban Hymns” que cumple 20 años este 29 de septiembre.
jueves, 28 de septiembre de 2017
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