“NO DEJEN QUE EL SOL CAIGA SOBRE ÉL”
Venía siendo un año nefasto… por eso esperaba que termine sin mayores sobresaltos. Ya habíamos perdido a Bowie y a Prince entre otros, si de íconos del buen pop hablamos. Contábamos 10, 9, 8,… y 7 días antes que termine el 2016, cae George. Inexplicable. Cuando tras años de paciente espera sus fans oían al fin noticias sobre la próxima grabación de un nuevo álbum, cuando ya se había anunciado el lanzamiento de un documental definitivo sobre su poco convencional vida. Cuando comenzábamos a hacer eco de sus palabras: “You gotta have Faith”… Cuando no lo esperábamos.
Todo comenzó hace más de 30 años con un tierno muchachito colorido que junto a Andrew Ridgely supo lograr un éxito descomunal con el dúo Wham! Los acompañó la impronta sonora y el concepto de pista de baile de los tempranos ochentas de “Fantastic”, su álbum debut.
Luego vendría el esplendor del sex symbol que hizo delirar a las jovencitas tras la fachada de macho recio que supo vender junto a su álbum multiplatino “Faith”. ¿Cómo lograr ser un ícono visual de los 80´s, una de las décadas más exuberantes a nivel imagen y vistosidad? ¿Qué adolescente de aquellos años no supo usar un jopo rubio como imponía la portada de “Make It Big”? ¿O que otro jovenzuelo más rebelde no supo adoptar la barbita a medio crecer y la campera de cuero cuidadosamente raída de la época “Faith”? George Michael llenó con su imagen millones de teenage rooms en aquellos años, que quedaron impregnados con su porte.
Atrás quedó el George harto de tanta fama y tanta exposición, que clamaba a los gritos “Freedom! Freedom! You gotta give for what you take!”. Años después llegaría la confesión por tantos anticipada y ya imposible de ocultar tras el famoso episodio en el baño de Los Ángeles en 1998: George Michael era homosexual. Para así pasar a convertirse en un ícono LGBT. Luego vendrían los años de menos actividad y más escándalos, principalmente con drogas. Aun así, siempre fue bien querido, siempre fue reconocido. Solo una leyenda como él podría ser llamada para cerrar los JJOO de Londres en 2012 y encima darse el lujo de estrenar su nuevo single en vivo para todo el mundo. Que no lo sabíamos entonces, sería su último hit.
Pero el verdadero legado de George Michael son esas canciones que seguirán deslumbrando a generaciones presentes y futuras, esos himnos que serán atemporales como “Careless Whisper”, “Wake Me Up Before You Go-Go” o “Faith”. O esa voz inimitable que supo deslumbrar y sigue haciéndolo cada vez que nos envuelve. O ese tributo a Freddie Mercury donde varios históricos pasaron vergüenza mientras George se cargaba un estadio Wembley abarrotado de emoción sobre sus hombros y lo hacía delirar al ritmo de “Somebody to Love”, lo que le valió el reconocimiento de ser el único cantante que estuvo a la altura del homenajeado. O esa capacidad para tomar temas de otros artistas y mejorarlos de una forma sorprendente por el solo hecho de ser interpretados por él, como hizo en reiteradas ocasiones con temas de Steve Wonder, Marvin Gaye, y el caso más conocido: la devastadora versión de “Don’t Let The Sun Go Down On Me” a dúo con su creador, Elton John.
El reconocimiento y la devoción serán eternos: “If we´ve got something to save why don’t we save it?” nos dijiste en una de tus canciones… la respuesta es: TODO, salvamos todo lo que nos dejaste, George. Gracias por siempre. El sol nunca caerá sobre ti.
27/12/2016
martes, 27 de diciembre de 2016
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